Nuestros hijos crecen y la exigencia escolar aumenta. Además, en la adolescencia, quieren disponer de tiempo para estar con sus amigos y comienzan las relaciones entre chicos y chicas.
Los padres podemos ayudarles a organizar su horario, porque muchas veces no es una falta real de tiempo, sino una falta de organización. Debemos implicarnos en lo que hacen en su tiempo libre, aunque nos parezcan mayores. Hay que ayudarles a encontrar tiempo para seguir practicando alguna actividad física.
Los amigos cada vez tienen más influencia y lo que hagan en su tiempo libre dependerá de lo que haga su grupo de amigos, pero si están acostumbrados a un estilo de vida sano, no les costará trabajo seguir practicando deporte o alguna actividad física.
Si somos activos, somos sin duda un excelente modelo de referencia a imitar. Si no somos activos demostremos que nos importa que lo sean.
Los padres siempre podemos recordarles que la actividad física es necesaria para la salud y además mejora el rendimiento intelectual.